Esta vez me voy a atrever a contarles un cuento sobre prevención de riesgos en el trabajo, espero que les guste y que podamos sacar de aquí algún aprendizaje para nuestro trabajo, aquí les va…

El “Perso” era un tipo rudo, a nadie le extrañaba su tono fuerte y su forma directa de hablar, cuando tenía que decir algo lo decía así no más, sin filtro, como saliera, no era una mala persona sólo había que saber llevarlo, de hecho, nadie le tenía “mala onda”, no era un tipo querido, pero aunque fuese de manera informal ejercía liderazgo sobre los demás [era un líder nato] y más de alguien se había preguntado por qué no lo habrían nombrado a él cuando cambiaron de jefe de turno.

Por eso, todos se extrañaron cuando lo escucharon gritar, estaba de un color rojo furioso, y los ojos casi se le salían, Margarita, la secretaria de gerencia llegó a saltar del grito y en menos de un minuto estaban todos afuera. Panchito se había caído, afortunadamente no le había pasado mucho, “fue más el susto”, le había dicho a todos los que se habían acercado a preguntar. La verdad es que le había dolido, pero intentaba pasar piola, la verdad es que se sentía un poco avergonzado de su accidente, sabía que la prevencionista le llamaría la atención, pero lo que más le había complicado había sido el grito del “Perso”. El Panchito había aprendido mucho de él, en cierto sentido lo admiraba y sabía que en la tarde le tocaría “subirse al columpio del Perso”.

Efectivamente, al terminar la jornada el Perso, quien era todo un personaje, comenzó con las bromas: “cuidado Panchito, acá andan hormigas con casco, no te “vayai” a caer de nuevo y siguió con una caricatura de panchito cayéndose, y la cara que puso Panchito, etcétera, etcétera. Panchito sólo sonreía de costado, deseando que cambiaran el tema, ni siquiera se atrevió a explicar que se había caído porque el piso estaba resbaloso ya que había caído grasa y nadie la había limpiado, prefirió no hacer comentarios, el dolor ya pasaría y ojalá al Perso no se le ocurriera algún sobrenombre para ponerle.

Al otro día, el Perso había llegado temprano y se cruzó con Panchito.

“Me anday haciendo el quite?” le preguntó

“no pasa na”

“¿Cómo estay?

“bakan”

Te golpeaste fuerte ayer, ¿te duele mucho?

“más o menos” – Panchito se relajó – se me puso morada la mano.

Oye eso se ve feo, vamos a hablar con la prevencionista…

Le puso la mano en la espalda a Panchito y lo llevó a hablar con Paula, quien al verlo le indicó que fuera a que lo evaluaran en la mutualidad, le pidió al Perso, que lo acompañara. ¿Cómo fue que te caíste? –  le preguntó en el camino. Me resbalé, ¿y cómo?, ¿no andabas con tus zapatos de seguridad?, Si andaba con ellos, pero había algo en el piso y no me fijé, vamos a verlo a la vuelta, ahora vamos a que te vean esa mano.

Al regresar, El Perso fue de inmediato a mirar, la mancha de grasa aún seguía allí, la limpió y pensó: Menos mal que nadie más se cayó. A la hora de la salida, llamó a Panchito y le dijo de la mancha y que menos mal, nadie más se había caído, ¿por qué no me dijiste que había una mancha?, ahhh es que ya me estaban molestando mucho, no quería hablar más del tema, además no me pasó nada. El Perso se quedó pensando…

Y si pudiésemos menternos en su cabeza, probablemente encontraríamos algunas de las siguientes reflexiones:

  • Todos/as ejercemos liderazgo alguna vez
  • Todos/as tenemos opinión sobre la seguridad
  • Todos/as podemos contribuir con la seguridad de todos/as
  • Pero para esto, debemos ser amables y no reírnos de los/as demás

Comunicar en el momento oportuno y a quien corresponda, condiciones de riesgo en el lugar de trabajo es una responsabilidad de todos/as. Formalmente constituye una forma de retroalimentación y permite corregir cosas que no funcionan bien o que podrían funcionar mejor. Para esto es conveniente tener en cuenta:

  • Tenemos el derecho y el deber de señalar condiciones o conductas inseguras en el trabajo.
  • Al hacerlo conviene buscar la solución, más que en buscar culpables.
  • Todos/as podemos dar ideas acerca de cómo resolverlo

Espero les haya gustado, hasta la próxima..

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nocomunica

¿Quién no ha escuchado alguna referencia a problemas en la comunicación? Ocurren en el trabajo, ocurren en la familia y en la pareja. En efecto, resulta frecuente concluir una queja sobre alguien, con la frase: “es que nos falta comunicación”, como si la comunicación fuese algo que se pudiese medir en cantidades. “Me da un kilo de comunicación por favor”, ¿o un litro? ¿o un metro?. ¿Cuánta comunicación es necesaria para llevarse bien en el trabajo?

Todas estas preguntas resultan raras si uno se las toma al pie de la letra. Claramente la comunicación no es algo que se pueda expresar en cantidades y aunque se pudiera, probablemente tampoco se podría sacar algo en limpio sabiendo cuánta comunicación hay entre 2 o más personas y al ratito estaríamos preguntándonos si toda esa comunicación es de calidad, o si es comunicación lo que hace falta o claridad para decir las cosas y cuando alguien cree que habla claramente, viene otra persona y le dice que es muy brusco/a para decir las cosas. “no es lo que dices, es cómo me lo dices” y así suma y sigue en una interminable lista de problemas comunicacionales inespecíficos que lo único que dejan en claro, es la existencia del problema, sin entregar ni una pista acerca de lo que se trata y mucho menos, de cómo podría resolverse.

De este modo, “la comunicación” termina siendo una excusa o peor, una forma de hablar de un problema sin decir nada de él, de hecho las parejas suelen estar muy de acuerdo en que tienen problemas de comunicación sin ninguna necesidad de ponerse de acuerdo de qué problema se trata y cuáles son las responsabilidades de cada quien. La comunicación también nos sirve para no decir aquello de lo que no queremos/podemos hablar.

Si estamos de acuerdo que la comunicación es una actividad humana, ¿será como otras actividades humanas?, tales como ¿rascarse la cabeza, jugar a la pelota, comerse un completo, besarse con alguien, hacer compras? Parece que no.

La comunicación es la actividad humana por excelencia y está presente en todo lo que hacemos, en nuestra propia forma de ser. Incluso hay personas que sostienen que está presente antes de nacer, cuando nuestros padres y madres imaginan el nombre que uno/a va a tener, cuando hablan de uno/a antes de nacer.

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Efectivamente, cada cosa que hacemos dice algo, comunica. En primer lugar, dice que estamos haciendo eso que estamos haciendo, y también de si lo estamos haciendo de buena o mala gana, dice también qué no estamos haciendo. Decimos con todo lo que hacemos y con lo que no hacemos, cuando alguien nos habla y miramos para otro lado, decimos que no queremos hablar, incluso le decimos a la otra persona que deje de hablar, sólo con una mirada o un gesto.

Resulta evidente cuando alguien hace su trabajo de modo distraído, no es necesario que nos diga: “me siento distraído”, de algún modo el cuerpo comunica, puede ser por la mirada perdida, por el movimiento dudoso o por ninguna razón en específico, simplemente nos da la impresión que la persona está distraída y preguntamos: “¿te sientes bien?, te noto distraído”. Esta sola pregunta puede resultar un factor preventivo.

Por supuesto, cuando interpretamos lo que la conducta de otros/as nos dice, debemos tener presente que podemos equivocarnos y vale la pena no dar nada por hecho, se trata siempre de una interpretación, que tenemos derecho a plantear y que en determinados contextos como en el ejemplo mencionado, podría ser una alerta para una persona que corre un riesgo y que no se ha dado cuenta.

Se trata entonces de comunicar responsablemente, hablar directamente para no dejar todo a la interpretación. Interpretar  libremente, pero con respeto, identificando nuestros propios prejuicios para hacernos cargo de ellos, no considerar nuestra percepción como una verdad absoluta, independiente, para no caer en el autoritarismo.

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Una de las cosas buenas que tiene trabajar donde trabajo, es que cuando hago una capacitación en liderazgo, debo hacerla para mucha gente distribuida a lo largo de todo el país y esto implica que por simple iteración, la idea y por ende la reflexión y la profundidad de los contenidos, se va enriqueciendo al verse enfrentada a diferentes realidades, necesidades, problemáticas y puntos de vista. Esto mismo lo vuelve más desafiante y entretenido para el equipo de relatores/as, razón por la cual me encuentro escribiendo este artículo. Se me hace entretenido hacerlo.

En este contexto, hemos ido profundizando una reflexión acerca del modo de ejercer el Liderazgo en contextos donde “el cargo” no constituye por si solo, autoridad. Efectivamente, existen instituciones donde la jerarquía que señala el cargo, le otorga a la persona que la ejerce, la autoridad (el piso) suficiente como para articular el funcionamiento del equipo de trabajo. Por supuesto que esto sólo es el punto de partida y el cargo por si sólo no le asegura a nadie la posibilidad sustentable de ejercer influencia sobre otros para la consecución del “objetivo común”.

Pero partamos esta reflexión con una definición de Liderazgo:

“El liderazgo es el conjunto de habilidades gerenciales o directivas que un individuo tiene para influir en la forma de ser de las personas o en un grupo de personas determinado, haciendo que este equipo trabaje con entusiasmo, en el logro de metas y objetivos.

También se entiende como la capacidad de tomar la iniciativa, gestionar, convocar, promover, incentivar, motivar y evaluar un proyecto, de forma eficaz y eficiente, sea éste personal, gerencial o institucional (dentro del proceso administrativo de la organización)”.

Si le quitamos la formalidad a esta definición podríamos quedarnos con que liderazgo es: Influir sobre otros/as para cumplir objetivos, cuestión que puede sonar muy fácil pero que sin duda nos deja algunas interrogantes que vale la pena desenrollar, cosa que obviamente intentaré hacer de atrás para adelante, partiendo por los objetivos.

Los objetivos

La gran mayoría de las veces que pregunto a alguien que ejerce un rol de liderazgo, si su equipo de trabajo tiene claro el “para qué hace lo que hace”, responden afirmativamente. Y cuando les pido algunos detalles al respecto, comienzan a caer en orden: La Misión Organizacional; Los Objetivos Estratégicos; Los Objetivos Operacionales; Las Metas del Año. Y yo voy intencionando…: “Pero más chiquito”, “más cotidiano”, “más concreto”, “¿para qué hace su secretaria lo que está haciendo ahorita?” y con más intención aún: “¿qué sentido tiene para ella, estar haciendo lo que está haciendo ahorita”? Es ahí cuando me empiezan a mirar raro, quizás por que les queda la sensación de que espero que lo sepan todo, que esté todo bajo control, pensar al/a líder como un panóptico de carne y hueso

En esta parte, tiro un royo que me gusta mucho sobre el trabajo alienado, en el que no ahondaré en esta oportunidad (Karl Marx, “Manuscritos de 1844”) y que tiene relación con lo perjudicial que es para las personas un trabajo enajenante, sin un sentido, que sea – valga la redundancia – sentido por la persona que pone su esfuerzo en ello. Así en resumen, somos en aquello que hacemos, si lo que hacemos, lo hacemos sólo porque hay que hacerlo, nuestra propia existencia terminará careciendo de sentido. Al contrario, se trata de reconocernos en lo que hacemos, de tener una relación de identidad y orgullo respecto de lo que hacemos, eso debe facilitarlo un/a buen/a líder y a ese rol de facilitador/a se le llama comúnmente: ejercer influencia.

Influencia

En efecto, no da lo mismo “hacer lo que hay que hacer”, que “hacer lo necesario”. La invitación que hago a quienes ejercen un rol de liderazgo, es a enfatizar en sus comunicaciones lo segundo. Es decir, hacer a las personas que componen su equipo de trabajo, parte del quehacer del equipo. No se trata de “bajar” los objetivos de trabajo, se trata de articular objetivos de trabajo en función de las motivaciones, ideas y deseos de personas que los llevarán a cabo, incluido/a por supuesto el propio líder. Generalmente entendemos que liderar, es organizar las acciones de las personas en pos de un objetivo común; lo que propongo es organizar el modo de conseguir un objetivo en pos de las personas, del deseo y sus motivaciones.

Si hubiese que ponerlo en términos de “pasos a seguir”, sin duda el primero es en el/la propio/a líder del equipo. Se trata de reconocer las propias motivaciones y ganas en relación con los objetivos de la organización. ¿Cómo me imagino las metas cumplidas?, ¿cómo me imagino al equipo con el logro de estas?…, la pregunta que suelo hacerle a los/as líderes de equipo es: “Si el logro de los objetivos del mes/semestre/año pudiese verse en una fotografía, ¿cómo sería?…, ¿como sería la luz?, ¿los colores?, ¿los objetos?, ¿las personas?, ¿qué estarían haciendo? todo esto para poner en imagen el objetivo, les pregunto por las sensación de quienes aparecen en la foto, en fin, no se puede trabajar  sólo con indicadores y con la foto es mas fácil establecer un “vínculo de desafío”.

El paso siguiente es previsible, cuando ya tenemos nuestra foto podremos mostrársela al equipo, describirla y evidenciar nuestras ganas, nuestra propia motivación como líderes y repetir el ejercicio pidiéndoles a cada uno/a que imaginen su propia foto, que agreguen elementos a las fotos del los otros a fin de generar una imagen común, un objetivo común. Se trata de generar los vínculos entre las tareas de cada quién y su propio deseo, de que el indicador tenga una forma y que en esa forma exista una evidencia posible de nosotros/as, volviendo a Marx, vernos reflejados/as en los resultados, reconocernos en lo que hacemos.

Puede que esta sea una forma extraña de concebir la influencia, nos han enseñado que influir en otros/as y controlar a otros/as son sinónimos. La apuesta detrás de estas lineas, es que es posible pensar otra forma de influir, de liderar, menos lineal, menos piramidal, mas honesta, pensada desde lo colectivo, desde las personas, desde la voluntad.

Saludos y hasta la próxima.

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Esta nota fue elaborada por el periodista Óscar Valenzuela y publicada el 25 de febrero de 2015 en la sección Educación y Empleo del periódico chileno: Las Últimas Noticias.

JefeLider

¿Es posible trabajar sin jefes? Esa es la apuesta que hizo Valve Corporation, compañía de videojuegos estadounidense. Para crear los productos en su sede de Bellevue, Washington, sus trabajadores se reúnen según su especialidad y en cada grupo surge un líder espontáneo que lleva la batuta momentáneamente, dependiendo del proyecto.

En este experimento quedan claras las funciones de cada uno. Un jefe es una autoridad designada. Un líder es el individuo que logra articular la voluntad de un grupo para conseguir objetivos. Si fueran un equipo de fútbol, el jefe es el capitán y el líder es el caudillo que empuja al plantel.

¿Cuál perfil es requerido hoy en día? “Las compañías buscan cada vez más líderes, porque logran que los sigan, son más permeables a los cambios y es más fácil trabajar con ellos”, asegura Constanza Lara, Leadership Development Manager en Von der Heide, empresa de reclutamiento.

Si quiere sacar a flote sus capacidades, aquí tiene algunos consejos:

Ser flexible:

“No es que ser jefe y líder sean dos cosas distintas, pero a veces se da el caso que un jefe no tenga capacidad de liderar y esa función la toman otros trabajadores”, explica Luis Sáez, psicólogo organizacional y autor del blog desarrollo-organizacional.cl. “Un buen jefe tiene que ser flexible, mantener su influencia en distintas situaciones, debe poder leer al equipo, construir confianza y compromiso de las personas”.

Imparcial:

“Un jefe tiene que hacer bien la pega, pero un líder, además de eso, tiene que hacerlo bien con las personas”, aclara José Antonio Yazigi, director de Great Place to Work Chile, quien da sus tips: “Debe tener credibilidad, respeto, es decir, que involucre a las personas en las decisiones y ser imparcial, que no haya favoritismos dentro de su equipo”.

Empoderar:

“Hay personas que vienen con mucho conocimiento técnico para ser jefes, pero no de liderazgo. Pero es posible entrenarlo”, dice Constanza Lara. Como punto de partida, hace ver que la función del líder “es empoderar al otro para que despliegue todas sus capacidades para el trabajo, entusiasmarlo”.

Lo que no puede faltarle a un líder

Aunque es difícil dar una única receta para ejercer el liderazgo -“depende del estilo personal, no sirve el jefe que actúa con un manual”, explica el psicólogo organizacional Luis Sáez, igual existen algunos rasgos comunes:

  • Empodera al otro para que despliegue sus capacidades. No le dice a cada uno cómo hacer su trabajo, sino que confía en sus subalternos.
  • Es flexible, puede enfrentar distintos escenarios.
  • Construye mística. Lo ideal es que el jefe hable y la gente, al escucharlo, se ponga a dar ideas.
  • Involucra a su grupo en las decisiones.
  • Es imparcial ante su equipo, no tiene favoritismo.

david-brent-the-office_610¿De qué hablamos cuando hablamos de clima organizacional? Frecuentemente usamos el concepto de “clima organizacional”, para referirnos al ambiente relacional que se da entre las personas que trabajan con nosotros, de tal modo que un buen o mal “clima laboral” refiere a si tenemos problemas con los/as compañeros/as de trabajo o, cuando no sabemos cómo explicar porqué no tenemos ganas de ir a trabajar sin estar enfermos/as.

En efecto, cuando las dificultades del trabajo se quedan en ese espacio inmaterial que escapa a los procedimientos, formatos y reglamentos y no podemos identificar una causa concreta del malestar que sentimos en el trabajo, solemos pensar que los problemas guardan relación con el “clima organizacional”.

Otra complicación que se produce al hablar de “clima organizacional, tiene que ver con que la metáfora climática, no es quizás, la más apropiada para referirse a los contextos laborales, pues si  bien nos invita a pensar en tardes soleadas o tempestades, huracanes y brisas otoñales, situaciones que a ratos se parecen mucho a lo que vivimos en el día a día laboral, guardan una diferencia sustancial: El clima organizacional tiene que ver con lo que nosotros/as mismos/as hacemos colectivamente y con nuestra forma de ver las cosas, mientas que cuando vemos el pronóstico del clima, lo único que podemos hacer es vestirnos de acuerdo a la situación, salir con o sin paraguas y esperar que el/la meteorólogo/a no se haya equivocado.

Cuando pensamos en el clima organizacional de nuestro espacio de trabajo, no pensamos en algo objetivo, si no en algo que tiene que ver tanto con condiciones estructurales y físicas, como con las relaciones entre las personas, la claridad sobre los procesos de trabajo y la sensación de bienestar o malestar que cada uno/a sienta allí.

Pero entonces…, ¿de qué hablamos cuando hablamos de clima organizacional?

A diferencia del clima atmosférico, el clima organizacional se basa en las percepciones de la gente. Para Chiavenato (1992), el clima organizacional da cuenta de una “atmosfera psicológica característica” que existe en cada organización. Asimismo menciona que el concepto de clima organizacional involucra diferentes aspectos de la situación, como el tipo de organización, la tecnología disponible, las políticas, las metas operacionales, los reglamentos y procedimientos (factores estructurales); además de las actitudes, sistemas de valores, creencias y estilos de comportamiento mas frecuentes (factores sociales).

Anzola (2003), opina que el clima se refiere a las percepciones e interpretaciones relativamente permanentes que los individuos tienen con respecto a su organización, que a su vez influyen en la conducta de las personas, diferenciando una organización de otra. Para Rodríguez (1999), el clima organizacional se refiere a las percepciones compartidas por los miembros de una organización respecto al trabajo, el ambiente físico en que éste se da, las relaciones interpersonales que tienen lugar en torno a él y las diversas regulaciones formales que afectan dicho trabajo. Para Méndez Álvarez (2006), el clima organizacional es al mismo tiempo, producido y percibido por el individuo, de acuerdo con las condiciones que encuentra en su proceso de interacción social y en la estructura organizacional y refiere a diferentes variables (por ejemplo, objetivos, motivación, liderazgo, control, toma de decisiones, relaciones interpersonales y cooperación) las cuales orientan su creencia, percepción, grado de participación y actitud; determinando su comportamiento, satisfacción y a la larga los resultados que puede tener un determinado equipo de trabajo.

imagen_clima_organizacional_0En síntesis, es posible definir al clima organizacional como: Las percepciones compartidas y más o menos estables en el tiempo, que tienen los/as miembros de una organización acerca de distintas dimensiones o aspectos propios de la misma, tales como las políticas y procesos de trabajo, el estilo de liderazgo, la claridad organizacional, las relaciones interpersonales, compensaciones, etc.

En este sentido, si bien es cierto cada organización debería definir y conceptualizar sus propias dimensiones constitutivas del clima organizacional, teniendo en consideración sus características y particularidades idiosincrásicas y también sus principales necesidades de información en términos de orientar sus decisiones en lo relativo a la  gestión de personas, se recomiendan aquí algunas:

  • Ambiente Interpersonal: Percepción respecto a las relaciones interpersonales que se establecen al interior de un equipo de trabajo.
  • Condiciones de Trabajo: Percepción respecto a las condiciones físicas del lugar de trabajo, y como éste facilita o dificulta la realización de las actividades.
  • Claridad Organizacional: Percepción respecto al conocimiento y la claridad del funcionamiento global de la organización, y su marco regulatorio.
  • Coordinación entre áreas: Percepción respecto a la coordinación y acceso a información relevante entre las diferentes unidades organizacionales.
  • Visión de la supervisión: Esta dimensión evalúa la percepción de las y los trabajadores/as, respecto al ejercicio del liderazgo y el rol de supervisión en su equipo de trabajo.
  • Comunicaciones Internas: Percepción respecto al funcionamiento de los canales de comunicación al interior de la organización.
  • Desarrollo Profesional: Percepción respecto a las posibilidades de desarrollo profesional al interior de la organización.
  • Trabajo en equipo: Percepción respecto al funcionamiento de los equipos de trabajo.
  • Reconocimiento: Percepción respecto a los mecanismos de retroalimentación existentes en la Organización.
  • Presión de trabajo: Percepción respecto a la organización del trabajo v/s cumplimiento de plazos.
  • Imagen de la Alta Administración: Percepción respecto al liderazgo del nivel central (Directorio, Gerencia General, Ejecutivos).
  • Remuneraciones: Percepción respecto a las compensaciones, remuneraciones e incentivos.
  • Resolución de Conflictos: Percepción respecto a la forma de enfrentar y solucionar conflictos al interior de la organización.
  • Identidad organizacional: Percepción respecto a su sentido de pertenencia con la organización.

De acuerdo a esto, la noción de clima organizacional nos habla de una organización leída por sus trabajadores/as. No se trata de una descripción acerca del funcionamiento o de la evaluación de aspectos objetivos de la organización, si no que más bien se trata de la valoración de estas dimensiones desde el punto de vista de las personas que la componen.

De esta manera, conocer el clima en una organización es importante pues nos permitirá definir y priorizar las acciones, medidas y programas de gestión de personas, ponderando factores que permitan potenciar su impacto y dotarlas de mayor sentido. Un estudio sobre el clima organizacional tiene valor en la medida en que se traduzca en acciones y medidas concretas en pro de una mejor experiencia laboral y esta a su vez, en mejores resultados operacionales y de gestión.

El presente artículo ha sido elaborado en el marco del Estudio sobre Clima Organizacional 2014, desarrollado en conjunto con Romina Fuentes I. y Felipe Saavedra P.

(Las definiciones del concepto de Clima Organizacional fueron tomadas desde: http://www.eumed.net/libros-gratis/2012a/1158/definicion_clima_organizacional.html)

lider2Para que vea usted que el individualismo no es natural, para que vea usted que lo natural es el trabajo colectivo y la emergencia de sinergias, armonías y cocreación, vea este vídeo, y si gusta, le dejo a continuación algunas reflexiones acerca del liderazgo y el trabajo en equipo.

 

Murmuration from Islands & Rivers on Vimeo.

En nuestro mundo moderno, con las prácticas que configuran nuestro diario quehacer, nuestras rutinas, no es raro sentir que el peso de todo recae sobre nosotros, que si quieres que algo salga bien, debes hacerlo tú mismo/a.

Respecto de esto todos hemos escrito algo, y si no lo hemos escrito, ha sido sólo por flojera, ya que al menos alguna vez hemos pensado en cómo un colectivo, un grupo humano, un movimiento social o un equipo de trabajo, debe hacer las cosas para tener éxito. En esas ocasiones, un sentimiento de satisfacción nos recorre, nos sentimos y creemos especiales, únicos.

Es en esos momentos, que creemos tener las competencias para ser un buen líder. Tenemos el conocimiento, las habilidades y por si fuera poco las ganas, la actitud de un líder, sin embargo también tenemos esa extraña sensación de euforia, esa satisfacción de creernos especiales, únicos. Creo que es esa sensación de unicidad, la principal trampa para un líder, nos lleva a entender a entender el liderazgo, sólo como un rol, impidiéndonos ver su verdadera naturaleza.

El liderazgo es una función, y como toda función se da en un “hacer”, no se trata de una investidura, una jineta. Por el contrario, se trata de lo que hacemos y de lo que NO hacemos en un contexto particular, el liderazgo es un hacer en sincronía con otros, es un lugar en la configuración contextual y contingente de un equipo.

El Liderazgo entonces se trata de armonía, de armonizar con el equipo, se trata de construir historias, significados generados colectivamente y créame, esto no se puede hacer enviando memorándums o correos electrónicos desde la comodidad de su escritorio.

Se trata de moverse en bandada, como la danza de los estorninos que se ve en el vídeo, se trata de “jugar de memoria” como un equipo de fútbol donde el entrenador es sólo el que mira desde fuera, el que complementa la visión parcial con una mirada distinta.

En mi opinión, ser el líder implica “seguir” y no, como habitualmente se piensa, ser seguido.

Que tengas un feliz día

(Este post fue inspirado por Alejandra Medina, en sus experiencias como líder y quien me recomendó el vídeo)

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Resolución de conflictos

imagen: estilodemujer.com

Les comparto esta presentación correspondiente al Taller: Resolución de Conflictos, diseñado para la Fundación Instituto de Estudios Laborales, FIEL.

Conflicto

El conflicto humano es una situación en que dos o más individuos con intereses contrapuestos entran en confrontación, oposición o emprenden acciones mutuamente antagonistas, con el objetivo de neutralizar, dañar o eliminar a la parte rival, incluso cuando tal confrontación sea verbal, para lograr así la consecución de los objetivos que motivaron dicha confrontación.

Por su condición, a menudo extrema o por lo menos confrontacional en relación a objetivos considerados de importancia o incluso urgencia (valores, estatus, poder, recursos escasos) el conflicto genera problemas, tanto a los directamente envueltos, como a otras personas. (wikipedia)

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Hiwantu

El grito de Hiwantu

De cuando en cuando, uno se encuentra ciertas experiencias notables en lo referente a la gestión de personas, iniciativas cargadas de creatividad y sentido, ejecutadas con maestría y talento. En esta oportunidad, me complace compartir con ustedes El Grito de Hiwantu:  Psicodrama y sinergias organizacionales. Un dispositivo notable para potenciar el trabajo en equipo, la motivación y el liderazgo en una organización, creado y dirigido por GTC – Capacitación.

“El grito de Hiwantu”

Cuenta la historia de cómo dos tribus rivales, luego de enfrentarse incansablemente, se dan cuenta de que en la colaboración está la posibilidad de lograr sus objetivos comunes.

La potencia del relato, radica en que serán los propios participantes quienes irán construyendo la historia. Mediante la narración y guía de juglares los asistentes realizarán una serie de juegos outdoor, que los involucran en la historia y, más importante aún, determinarán el desenlace de acuerdo a su propio desempeño.

Objetivo.

Implementar una instalación outdoor en donde los asistentes puedan vivenciar el impacto del conflicto en su desarrollo, y la importancia de la sinergia como instrumento para alcanzar los objetivos personales y de la organización.

Hiwantu

El Grito de Hiwantu

“El grito de Iwantú”, se propone como una instalación psicodramática en en la que se generan condiciones, para que sean los propios asistentes quienes desarrollen la acción.  Para esto se cuentacon un equipo de actores y psicólogos los cuales prestaran apoyo y guian a los asistentes en las diferentes actividades.

Las actividades han sido diseñadas para que todos los asistentes puedan participar  según sus propias capacidades. Las etapas de la instalación son las siguientes:

  • Presentación de la historia de Hiwantu
  • Preparación de gritos por tribu
  • Presentación de las tribus
  • Relato introductorio a la guerra
  • Preparación a la guerra
  • Guerra entre tribus
  • Relato de la armadura
  • Construcción de la armadura
  • Batalla de los héroes

No te pierdas el vídeo completo de El grito de Hiwantu.

Si te ha parecido interesante El grito de Hiwantu, puedes solicitar que un ejecutivo de GTC-Capacitación te contacte para entregarte mayores antecedentes y cotizar el servicio para tu organización. Sólo debes llenar el siguiente formulario con tus datos de contacto.


 

 

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¿Te llamaron a entrevista psicolaboral?

¿Tienes una entrevista psicolaboral? No te preocupes, ocúpate de ella

Quien más quien menos, todos hemos pasado por alguna entrevista psicolaboral y de una u otra forma la pregunta sobre cómo debemos comportarnos, se nos pasa por la cabeza. Es cierto que no hay recetas sobre cómo debe uno comportarse en una entrevista de selección para obtener un buen resultado, sin embargo espero que estas recomendaciones puedan orientar, al menos el ánimo y calmar la disposición para enfrentar el desafío.

Hace tiempo, escribí un artículo denominado: “La entrevista psicolaboral, mitos y verdades (un ensayo dedicado a los postulantes)” y en él me refería a la relación que se establece entre un entrevistador y un postulante, la que en ocasiones puede ser similar a la entrevista de un mortal frente a un “dios”, que no tiene necesidad de explicar sus modos, sus medios, sus argumentos y que conforme a una lógica totalmente “extraña”, determina las aptitudes de una persona en relación a un determinado puesto, en una determinada empresa. No es que no existan los argumentos, o que sean sólo los delirios de grandeza de algún colega. Se trata únicamente, de que el postulante, en la gran mayoría de los casos, no tiene la menor idea de los parámetros y criterios que determinan sus posibilidades de acceder a un determinado empleo, y por lo tanto para este, es una lógica “extraña”.

entrevista psicolaboralPero así son las cosas, y por mas que despotrique uno, pretendiendo transparentar y liberar de oscurantismos el arte de la selección de personal, la posición de los y las postulantes a un cargo, seguirá siendo la misma, llena de dudas y ambigüedades. Lo importante es que estos misterios, no le afecten en su desempeño, de modo de hacer lo que se puede hacer, es decir: el mejor intento. Para esto, les dejo 7 recomendaciones para una entrevista psicolaboral:

1. El  Dónde (la organización):

El ideal es conocer a “donde” se está postulando, tener una idea al menos del tipo, giro y envergadura de la empresa o institución de la que queremos ser parte. Como cualquier otra colectividad humana, las organizaciones manejan ciertos códigos, estilos, “ondas” incluso. Evidentemente, estas son cosas a las que uno no puede acceder desde el sitio web de la empresa y si uno no conoce a alguien que trabaje allí, no quedará mucho mas que aventurarse a hipotetizar. Es bueno hacerse una idea, al menos, hacerse algunas preguntas para ir matizando una “imagen de fondo”, que pueda servir para tener en mente cuando se llegue a la entrevista. Algunas preguntas para orientar esta reflexión pueden ser: ¿muchas personas?, ¿pocas personas?, ¿formal – informal?, ¿innovadora – conservadora?, ¿consolidada – emergente?, etc.

También seria bueno, anotar en un papel todas las cosas que se te ocurren al pensar en esa empresa (o en el giro o negocio, que aveces es lo único que se publica en un anuncio). Insisto en que no se trata de hacer un diagnóstico o un análisis exhaustivo de la organización, si no de trazar algunas ideas fuerza que te orienten respecto ánimo, con el que te presentaras a la entrevista, como dirían los actores, se trata de ponerse en “actitud“, de visualizarse como parte de la organización, de verse “puesto en el donde”.

2. El para qué (el cargo).

En la misma línea del “donde”, es importante que puedas hacerte una idea mas o menos clara del cargo al que estás postulando. Es importante hacerse una idea de las funciones y tareas que te correspondería realizar si quedas seleccionado/a para el empleo. No se trata de un conocimiento acucioso, sólo de una idea general que te permita identificar experiencias previas, habilidades o talentos personales que estén en sintonía con los requerimientos del cargo. En términos generales, los nombres de los cargos suelen ser lo suficientemente descriptivos de su quehacer, no obstante, si no tienes claridad de que se trata, puedes probar “googlear” el nombre del cargo y muy probablemente encontrarás información sobre sus características. Una vez hecho esto, repasa y anota aspectos de tu persona que puedan tener que ver con esto, idealmente experiencias laborales anteriores, pero si no las encuentras (o quieres complementar) puedes articular características, gustos, hobbies, historias, etcétera. El hacer este simple ejercicio, potenciará tu desempeño en la entrevista psicolaboral.

3. La pinta (¿cómo me visto?, ¿que me pongo para una entrevista psicolaboral?).
Entrevista psicolaboral. ¿que ponerse?

Entrevista psicolaboral: ¿qué me pongo?

Admitámoslo, la “pinta” es una preocupación para todos/as al momento de una entrevista psicolaboral. También aquí, lo importante es la coherencia respecto del lugar y el cargo al que aspiras. En términos generales se requiere de formalidad, pero una formalidad acorde al contexto. En más de alguna ocasión escuché a supervisores de procesos mineros, referirse a algunos mis colegas, como “los pirulos”: gente muy formal y muy elegante como para andar en el cerro. “¡Se le van a echar a perder los zapatos!” les decían entre risitas. Y es que en ese contexto, la “pinta” tenia más que ver con transmitir el mensaje: “soy todo terreno”, “me las rebusco, para sacar la pega”.

La sugerencia en este sentido es, una vez que hayas reflexionado sobre el “donde” y el “para qué”, hazte la pregunta respecto al mensaje que quieres trasmitir (“a mi me compran”, “yo soluciono problemas técnicos”, “soy confiable”, etc). Y luego piensa como se ve una persona con estas características. Aquí, también se vale “googlear” imágenes de personas en torno al mensaje a transmitir, para sacar ideas respecto a la “pinta”.

4. El saludo.

Ya mentalizado/a y vestido/a para la ocasión, te recomiendo llegar a la entrevista a la hora, ojalá 10 minutos antes. Si la entrevista es en la empresa a la que estás postulando, tendrás la oportunidad de visualizarte allí, de evaluar algunos componentes mas superficiales, de la cultura y el clima organizacional y contrastarlos con las ideas que te habías hecho.

Una vez que te atiendan, seguramente te harán pasar a una oficina, saluda con una sonrisa, si te invitan, accede a entrar primero y espera a que te ofrezcan asiento, si no lo hacen, pregunta: ¿me puedo sentar aquí?, generalmente el espacio estará dispuesto para la entrevista y podrás intuir cuál es tu lugar.

La idea de este primer contacto con tu entrevistador/a, es que tu te sientas cómodo/a y tranquilo/a, pues hasta aquí, te has preparado y has hecho todo lo factible de hacer para obtener un buen resultado. De aquí para adelante, conviene tener en mente la frase: “No hay nada que perder, sólo es posible ganar”. En el peor de los casos, habrás ganado una nueva experiencia y con ella, algunos aprendizajes.

5. La pomada y las evidencias.

Probablemente la entrevista la inicie el/la psicólogo/a, y te entregue algunas claves acerca del contexto de la misma, esto se llama “encuadre” y tiene por objeto darte a conocer lo que allí va a pasar. Lo mas probable, es que te señale que habrá una entrevista y luego te apliquen algunas pruebas psicológicas. Durante la primera es donde puedes hacer más, la segunda, como ya he mencionado, no vale la pena tratar de manipularla.

Durante la entrevista no te muestres ansioso/a, pero si motivado/a, responde a las preguntas y sugiere ejemplos y relatos de experiencias que complementen tus respuestas. Una técnica bastante usada en los procesos de selección es la entrevista por incidentes críticos, en ella se motiva a que el postulante relate experiencias propias, que vayan en linea con las competencias que requiere el cargo al que está postulando. Es en esta parte, donde tus reflexiones preliminares en torno al “para qué”, pueden tener el mejor efecto ya que te permitirán mostrar en tus respuestas, en tus relatos de experiencias, congruencia entre las necesidades del cargo al que postulas y tus aptitudes.

Utiliza evidencias de tu desempeño en la entrevista psicolaboral

El punto de poner este ejemplo, es buscar una analogía que te pueda ser útil en el contexto de la entrevista psicolaboral, algo que te haga sentir que tienes una “carta bajo la manga”, un recurso extra, que quizás no sea necesario de utilizar, pero que llegado el caso, puedas echar mano de este. Una evidencia que dice que lo que dices es verdad, una evidencia que demuestra de lo que eres capaz, o en rigor, que dice de qué has sido capaz.

Es a partir del auge de los modelos de competencias laborales, que ha ido cobrando relevancia el concepto del Portafolio de Evidencias, como algo muy importante de hacer, relevante para todo trabajador, pero que aún, poca gente hace. De hecho, los he visto únicamente como estrategias laborales de diseñadores/as y artistas visuales, donde su uso está determinado particularmente por el predominio de lo visual y sobre todo, porque el resultado de su trabajo, es visual. Sin embargo, gestionar evidencias del desempeño y tenerlas a la mano en una entrevista psicolaboral pudiese ser una gran diferencia en relación a su resultado. Por supuesto, las evidencias deberás utilizrlas con delicadeza, sólo si la situación lo amerita. Lo verdaderamente relevante aquí, es construir el portafolio, ya que el mero ejercicio de hacerlo, te permitirá sentirte más holgado/a durante la entrevista y probablemente mas seguro/a también.

6. Las pruebas psicológicas.

“Rorschach”

Pese a que como ya se ha señalado, las pruebas psicológicas constituyen el ámbito de menor control que tiene el postulante, y en mi opinión, en el que menos vale la pena centrarse, he encontrado una clasificación que me parece interesante de proponer y compartir aquí, a modo de que puedas hacerte  una idea de las posibilidades a las te podrías ver enfrentado/a en una entrevista psicolaboral. Pero lo dicho: Si no te puedes ocupar, te quedarás en la pre-ocupación, y eso es algo que NO necesitas sentir, durante una entrevista psicolaboral.

Hecha la advertencia, esta categorización de pruebas psicológicas se basa en tres criterios:

a) Según el modo de aplicación

  • Orales (pregunta-respuesta directa en la conversación).
  • Escritas (se utilizan cuestionarios o formatos).
  • De ejecución (donde se pide que resuelvan o ejecuten alguna actividad).

b) Según el conocimiento que explora

  • Generales (tienen que ver con nociones de cultura o conocimientos generales).
  • Especificas (indagan conocimientos técnicos directamente relacionados con el cargo en referencia).

c) Según la forma de exploración:

d) Según las áreas que explora:

  • Los test se clasifican en tres grandes grupos: de inteligencia, aptitudes específicas y personalidad

Si aún deseas mayor detalle acerca de este punto, te recomiendo revisar el articulo: Clasificación de las pruebas psicológicas a emplear en la selección del personal, desde donde saqué esta información o consultar en Wikipedia, sobre otras pruebas psicológicas.

7. El cierre

El cierre de la entrevista de selección suele hacerlo el entrevistador/a, habitualmente te entregará algún tipo de información respecto al proceso de selección, los pasos a seguir después de la entrevista y probablemente diga algo como: “¿tienes alguna pregunta que quieras hacerme?” Frente a esto, podría ser útil el siguiente listado de cosas que debieses tener claras acerca de tu postulación y que de no estarlo, debieses consultar en esta instancia:

a) Evidentemente, los puntos 1 y 2 de este artículo, es decir el cargo y la empresa o institución a la que se estás postulando. Si eso no te ha quedado claro ni antes, ni durante la entrevista, esta es la última oportunidad (aunque esto debería haberse aclarado en el encuadre de la entrevista). La forma de hacerlo, es la que te resulte más cómoda, no obstante, podría ser una frase como la siguiente:

“Hasta aquí, me ha sido muy interesante el proceso y quisiera pedirle mayores antecedentes respecto a la empresa / cargo al que estoy postulando”.

Se vale consultar aquí también, sobre desafíos específicos del área, departamento o gerencia, que implicaría asumir en caso de obtener el puesto, una suerte de diagnóstico de la situación actual del cargo. Siempre es importante visualizar la meta, y quizás esta sea la primera oportunidad de hacerlo ante un nuevo puesto de trabajo. De cualquier forma, esto es opcional.

b) La remuneración y los beneficios. Suele ocurrir que no se habla de las remuneraciones o se entrega información general y poco clara al respecto. No obstante, un/a postulante debería estar interesado/a en saberlo y esto no debería ser “mal visto” por ningún entrevistador, por lo que siempre es posible consultar al respecto. Vale la pena aclarar también, si en caso de obtener el puesto se formalizará mediante una carta oferta. Del mismo modo, en caso de que se desconozca, es factible consultar respecto de beneficios (posibilidades de desarrollo de carrera, posibilidades de estudio, capacitación) y características del contrato.

Creo que estas 7 recomendaciones para una entrevista psicolaboral, te pueden ser de utilidad, por favor no dudes en comentarme cualquier impresión que tengas respecto a este artículo, como siempre, todas las opiniones valen.

Éxito en tu próxima entrevista psicolaboral y cuéntame si te puedo ayudar en algo.

Luis Sáez A.

 

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